Nos fuimos a La Rioja a hacer las fotos de preboda, y cómo disfrutamos con Tamara y Rubén (y la pequeña Heidi), ni que decir tiene que todo fue realmente especial ya que con ellos nos une un pedacito de tierra que conocemos y amamos.
También se junta una mezcla de responsabilidad, pasión y orgullo, porque íbamos a ir a sitios que tanto ellos como nosotros conocemos muy bien, que tantas veces hemos recorrido y que forman parte de nuestra historia vital.
Días así nos hacen sentir el lado más bonito de nuestra profesión, aquel que te hace volver a tus orígenes, a esos momentos cuando disparábamos por placer y por amor a la fotografía (por suerte, sigue siendo así), pero es que además, cuando te sientes a gusto con la gente que retratas, el trabajo se traduce en la máxima expresión de felicidad. Sin duda son estos momentos, los que nos permiten valorar la suerte que tenemos en trabajar en lo que nos gusta y disfrutarlo.
Muchas gracias pareja por confiar en nosotros y hacernos sentir todo esto.
ona fotografía 